viernes, 18 de octubre de 2013

Corazón corazón...

Hola criaturillas!
Hoy me encontraba recogiendo gomibayas en la linde de mi parcela cuando se ha acercado mi vecino. El pobre traía peor cara que Marco el día de la madre. Según me ha contado, una chica le ha rechazado y ahora no puede con la pena. Yo le he dicho que no es para tanto, que ya se le pasará. Y va el  joio y me dice: "dame algún consejo, que tu tienes que estar acostumbrado". Se caga la perra!! Pero qué dice el faratabailes este??!! Que sí, que en ese como en otros aspectos de la vida también soy un experto. Pero tampoco hay que dejarlo caer así. Está claro que me fallan el cuerpo y la cara, pero también tengo mi público. A ver, mi vecino no es feo, incluso se podría decir que es guapo. Sí, los hombres sabemos cuando otro es guapo. Pero no lo decimos, a no ser que ya estemos moviendo perchas. La cosa es que este pobre diablo tiene el corazón mas partío que el de Alejandro Sanz. Y eso me ha hecho pensar en los prejuicios que tenemos todos o casi todos. Las mujeres son las que sufren y los hombres los que pasamos de todo. Pues bien, los que aún quedamos en Narnia también tenemos sentimientos. Sí! No es ninguna leyenda urbana! Otra cosa es que los mostremos. Somos muy débiles y nos da miedo. Por eso cuando pasan estas cosas las sufrimos en silencio, como esas muchachas de los anuncios de Hemoal... Y es que, después de ciertas cosas que tenemos que hacer para ganarnos vuestra atención, un NO nos deja con la misma cara que tenía Leonardo Dicaprio mientras se hundía viendo como la gorda se quedaba con toda la tabla para ella. Algunos hemos tenido que pasar verdaderas pruebas dignas de héroes de la antigüedad. Luchar contra un toro o un león, un minotauro, JA! Aficionados. Una vez, para ganarme el corazón de una muchacha tuve que saltar las zamburguesas a la pata coja, atravesar el laberinto del chinotauro con una venda en los ojos, atravesar un pantano lleno de cocodrilos con más hambre que Falete haciendo la dieta de la piña, llevar un huevo en una cuchara sujetada con la boca mientras atravesaba un IKEA un sábado por la tarde y por último conseguir una legaña del mismísimo ojo de Sauron. Y todo para qué? Pues para decir: "mira que bonito, y todo por mi. Qué gran amigo eres!"... Anda ya!! Así te coman los rorros! No te entrara un picor en el moño! Luego seguro que llega uno que la trata como si fuera un trapo y se va con él. Aiiiins, que me altero. Menos mal que este tipo de muchacha usuaria de escoba, sombrero de pico, verruga y gato negro no es la que abunda y la mayoría sois una monería. Pero haberlas haylas.
Otra cosa, qué es eso de que seamos nosotros los que os conquistan? No estamos ya en el S. XXI? Que esto tendría que ser mutuo. Que a nosotros también nos gusta. Mira que os cuesta tiraros a la piscina. No lo digo por mi porque a mi piscina no se tiran ni con flotador, pero sé de algunas que se van a quedar con las ganas si no son ellas las que dan el paso. No por nada, es que algunas veces los que quedamos en Narnia somos un poco cortos de miras jajajajaja.
Yo, como muchos más, voy con el corazón al aire libre. Lo que ves es lo que hay y allá tú si decides dañarlo. Hace daño el que puede y no el que quiere. Y a este pobre vecino mio le han hecho daño. Pero en fin, nada que no se cure con un poco de ron y un par de salidas. De salir por ahí, no me seáis mal pensados. Las otras vendrán después. Luego un par de capas de fibra de carbono, kevlar, adamantium y listo. Corazón reparado. Porque al final, por muy mal que lo pasemos no somos capaces de vivir sin vosotras...
Arre arre unicornio!

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