sábado, 28 de septiembre de 2013

Fibonacci y los escritores renacentistas...


Hola de nuevo. Hoy escribo esto mirando por la ventana como llueve y me da miedo. Sí, me da miedo. Porque con este tiempo hay cantantes que se levantan con la vena de la inspiración hinchada. Todos los seguidores de Álex Ubago, Conchita, Maná, David de María y tristes por el estilo estáis de enhorabuena, hoy están escribiendo temazos que dentro de unos meses os harán entristecer hasta desear ser solo musgo.
Bueno, al lío. Hoy os quiero contar una experiencia que tuve gracias a un servicio online de "citas" que todos conocemos. He de decir que funcionar funcionan, que luego la cosa vaya mejor o peor ya es cosa nuestras y de la otra persona. La mayoría de las veces suele ir bien y pasas un rato muy agradable charlando, riéndote y culminando en lo que todos sabemos y que al fin y al cabo es para lo que se inventaron estos sitios. Otras veces la cosa sale rara. Ay amigos! Soy experto en estas últimas. Un día que me encontraba aburrido mirando los gamusinos saltar de flor en flor decidí entrar al sitio este y ver si había alguien interesante con quien tomar algo. Pasé un buen rato mirando segundas fotos. Sí, SIEMPRE hay que mirar la segunda foto. En la primera todos somos muy bonicos y parecemos modelos, pero la segunda... Ahí es donde sacamos a relucir todo nuestro ser. Si juntáramos todas las segundas fotos de un sitio de estos parecería el hall del hotel de "Gremlims 2". Vaya caras! Pues eso, que me decidí por una y a charlar. Todo bien, simpática, habladora, con una segunda foto no muy mala, así que quedamos para ese mismo día por la tarde. Cada uno en su coche llegamos al sitio acordado, un sitio de esos que tenemos por aquí en la costa muy en plan chill out. Terracita casi en la orilla del mar, todo muy blanco, con musiquita agradable y a un volumen que te permite hablar perfectamente. Los dos sentados uno al lado del otro, de cara al mar con la brisa meciendo un poco su pelo y la tenue luz del atardecer bañándonos. De película. Pues en medio de todo esto y aprovechando una pausa en nuestra conversación va la buena moza y suelta:
- Cómo se parecen las olas a los caracoles...
Ojo cuidao! Fallo en Matrix! Lentamente me vuelvo hacia ella con la misma cara anodina de una cabra mirando un teléfono y pienso: "interesante, además de simpática, agradable y guapa es inteligente". Sin pensarlo le digo:
-Jamás había oído una comparación tan rara y a la vez tan magnífica de la sucesión de Fibonacci.
Y ahora es ella la que me mira como si acabaran de contarle el final de "Los Serrano" y sin vergüenza alguna me dice:
-Ese no era un escritor renacentista?
Fallo en el sistema! Se nos va, se nos va! Piiiiiiiiiiiii....... Cuando recobré la consciencia le expliqué así por encima quién era y en qué consistía la dichosa sucesión. La pobre no pudo más que sonreír y explicarme que ella le había encontrado parecido al movimiento ondulatorio de los caracoles al desplazarse y a las olas al avanzar hacia la orilla. Después de eso no recuerdo nada más de la cita, mi neurona había implosionado. Desde entonces no hemos vuelto a quedar, alguna que otra vez hablamos pero nada más. Ahora sé que se acerca su cumpleaños y estoy pensando en regalarle un libro de algún escritor renacentista.
La verdad es que me gustaría oír su versión de la cita. Seguramente pensó que soy un friki o un loco de las matemáticas. Cualquiera sabe. No sé si será de las matemáticas o qué, pero loco si que estoy. Y aunque solo sea por eso... Arre arre unicornio!

viernes, 27 de septiembre de 2013

En el principio...


Hola criaturillas!
Pues va a ser que por fin me he decidido con esto de escribir un blog. No creo saber como empezar esto y ni idea de como mantenerlo a flote, pero ya iré viendo. Cuando tenga alguna idea de como adornar la página arreglaré la cosa tan fea de plantilla que le he puesto, tranquilos que no se queda así. Mi idea es darle un toque de humor a lo que vaya escribiendo y eso intentaré. Otra cosa es que lo consiga. Nunca llueve a gusto de todos y con el humor pasa algo parecido, está claro que de vez en cuando llego a ser gracioso pero no a todo el mundo se lo parezco. Así que perdonadme si algún día se me va la cabeza y me vuelvo un soso. Ya de antemano pido disculpas si alguien alguna vez se siente ofendido por lo que pueda escribir, algunas veces me acerco demasiado a ciertas líneas.
Y bueno, supongo que ya vale para la presentación, ahora igual debería explicar lo del nombre del blog. Que aunque algunos ya sabéis el porqué, otros andáis más perdidos que una mula en un parking. Mi parcelita en Narnia. Todo se origina en la expresión "salir del armario". Ésta se suele usar cuando alguien, sea hombre o mujer, decide declarar públicamente que es homosexual. Antes de nada ya os digo que el respeto hacia ellos es máximo ya que tienen el valor de hacerlo. Valor que no sería necesario si fuéramos la sociedad del siglo XXI que decimos ser. Pues eso, hace unos meses oyendo el programa de radio "La Parroquia del Monaguillo" llegaron a esta conclusión: si salía tanta gente del armario, ese armario debería ser enorme o más aún, ese armario debería ser el de Narnia. Gracias a eso yo llegué a mi propia conclusión: si la gente salía del armario y ese armario era el de Narnia, los que no salimos del armario vivimos en Narnia. A su vez esa gente que sale raramente vuelve con lo cual cada vez hay más terrenos vacíos. De ahí que de vez en cuando diga que voy ampliando el cercado que rodea mi parcelita. Y por eso el nombre. Rápido y fácil para toda la familia, el que no tiene un blog es porque no quiere. Ya os iré contando mis aventurillas por este mundo tan extraño que es Narnia. Por el momento os dejo que tengo que sacar a pasear a mi mascota...
Arre arre unicornio!!