El año que fue...

Hola criaturillas!
Con eso de que se acerca el final del año todo el mundo hace repaso de lo sucedido en sus vidas y yo no voy a ser menos, que yo también quiero ser popular!
El año empezó de la mejor manera posible. Una nueva vida llegaba a este planeta, un nuevo miembro en la familia, una maravilla como no había visto antes. Todo gracias a mi hermana. Laura no se si lees esto, pero te lo digo de todas formas, te quiero. Y mira que no recuerdo habértelo dicho antes pero es así. Hemos tenido nuestras peleas y tal como hermanos que somos pero al final sabemos que podemos contar el uno con el otro. Muchas gracias por ser como eres. No podría tener una hermana mejor. TE QUIERO!
El Universo te da pero por desgracia también te quita. Una vida por otra, vino mi sobrina pero se fue mi padre. Más que mi padre era mi amigo. Una persona de la que todavía me quedaba mucho por aprender, una persona que en poco tiempo me enseñó mucho de mi mismo y de la que aprendí a hacer las cosas sin esperar nada a cambio. Si crees que debes hacerlo, hazlo. De él aprendí que los errores se asumen y se usan para aprender y que no debes avergonzarte por ello. De él también aprendí que la genética es más poderosa de lo que muchos creen y que incluso se repiten situaciones en una vida y otra sin conocimiento previo. Como si el Universo tuviera preparado el mismo guión pero con diferentes actores para nuestras vidas. De él aprendí que las personas son importantes por cómo son y no por lo que son. Se fue demasiado pronto, pero lo hizo cerrando un círculo. Vino a ver a sus hijos y a su nieta recién nacida, vino a su lugar favorito de todos los que había visto. Sin saber que iba a morir lo hizo en la tierra que sin duda hubiera elegido. No es el final, solo es otro de tus viajes ;)
Una relación es cosa de dos y cuando uno no está seguro de a dónde lleva o de si quiere seguir ese camino lo mejor es dejarlo. Fui sincero y seguramente te hice daño, pero merecías la verdad. Me lo pasé muy bien el tiempo que estuvimos juntos y jamás podré decir nada malo de ti. Solo puedo desearte lo mejor.
Verano, calor, flojera. Y visita de unos amigos lejanos que no veía desde hacía mucho. Demasiado. Pero no fue una visita de cortesía, vinieron a contarme cosas de mi mismo. Y eso hizo que me refugiara en mi interior durante un tiempo, quizá demasiado. Estaba perdido y necesitaba respuestas que tenía que encontrar por mi mismo. Y entre una búsqueda y otra el verano se fue tal y como vino. No hubo mejor despedida que hacerlo con los amigos de la infancia. Esos que siempre llevarás en tu corazón, esos que han crecido contigo y aún hoy los ves como al principio. Esos con los que te ríes y lloras. Os quiero.
Y de repente pasas página. Y resulta que esa página es la última del capítulo. Y empieza uno nuevo, totalmente diferente del anterior. Y entiendes que hay cosas que no pueden quedarse para siempre en tu lista de cosas por hacer. Y un día alguien te ayuda a despertar y lo ves todo más claro. Y te sorprendes al ver que siempre ha estado ahí, que lo único que te impedía verlo era tu propio ser. Y sonríes como un niño que ve por primera vez el mar. Y lo comprendes todo...
Y como el que no quiere la cosa se acerca el final del año. Con luces, sonidos y gente en las calles. Pero resulta que este año se tenía guardado lo mejor para el final. La sorpresa de las sorpresas. Encontrar lo que pensé que nunca encontraría porque no sabía que lo quería encontrar. Y descubrir que las ovejas hacen ¡Groar!...
A más ver, arre arre 2013!